31/12/2022
Una tercera parte de las personas con discapacidad intelectual no tienen amigos o amigas, viven la soledad no deseada más que el resto de la población, agravada por el envejecimiento y la pérdida de sus padres y madres.
Fundación Raíles ha desarrollado el proyecto “Viviendo mi vida”
Este proyecto reclama el derecho de las personas con discapacidad intelectual a decidir dónde, cómo y con quien vivir.
También el de tener una vida plena y feliz, con amigos, amigas y relaciones.
Hay muchas personas con discapacidad que solo se relacionan con su familia.
Por eso desde Fundación Raíles apoyamos a las personas para que no estén solas.
En Fundación Raíles hemos desarrollado durante todo el 2022 “Viviendo mi vida”, un proyecto que ha contado con la financiación de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid con cargo al 0,7% del IRPF.
Gracias a este proyecto hemos podido prestar apoyos a 100 personas, entre ellas Jose, Pablo y Sonia, han sido entrevistados recientemente para hablar de la soledad, de cómo afecta a las personas con discapacidad intelectual, y de cómo los apoyos recibidos por parte de la Fundación les ayudan a establecer vínculos y mejorar sus relaciones personales y sociales.
Desde el Proyecto Viviendo mi Vida lanzamos en septiembre una campaña sobre el derecho de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo a decidir dónde, cómo y con quien vivir.
Ahora, incidimos en el derecho a una vida plena y feliz, con amistades y relaciones significativas. Tras un año de desarrollo del proyecto hemos detectado cómo el fomento de la autonomía personal, la participación en grupos de ciudadanía activa o la mejora de las habilidades sociales revierte directamente en la salud emocional de las personas y mejora su capacidad de relacionarse y evitar el miedo al rechazo o el riesgo de caer en situaciones de soledad no deseada.
Según datos recogidos por Plena Inclusión Madrid, el 62% de las personas con grandes necesidades de apoyo dice tener dificultades para relacionarse y el 38% no tiene ninguna amistad. Además, el 40% de las personas adultas con discapacidad intelectual de la Comunidad de Madrid sólo salen de casa si lo hacen con un miembro de su familia y el 25% no tiene amigos o amigas.
Es posible sentirse solo o sola viviendo en una institución con muchas personas, o en el hogar familiar. Por eso desde el proyecto “Viviendo mi vida” trabajamos también en la detección de este tipo de situaciones y empleamos tiempo y recursos en revertirlas, ampliando los círculos relacionales y fomentando la participación en entornos inclusivos donde las amistades que se generen puedan ser entre personas con y sin discapacidad.
Como recoge la entrevista realizada a Sonia por Radio Televisión Española: “Cuanta más inclusión, menor riesgo de soledad”